Ahora puede espiar a la Vida,
ahora tiene piedras por todo su patio,
ahora tiene piedras por todo su patio,
y se dedica a apedrear la vida.
Zorro sabe que sin su muro,
la vida también le lanza piedras.
A él no le dan miedo las piedras,
sino la puntería...
La Vida sabe siempre como llegar a ese punto,
ese lugar donde más le duele,
ese lugar donde está más herido.
Zorro práctica cada noche tirándole piedras a su muro.
Las piedras sólo gastan el muro,
y él sólo se gasta de lanzarle piedras.
La Vida pasa, lo ve apunta y acierta.
Zorro llora enojado del dolor y de la envidia:
La Vida pasa y la piedra que él lanza,
cae a muchos metros de distancia.
Zorro tiene fuerza, pero se aburre de nunca llegarle a nada,
la Vida... la Vida sabe cómo golpearlo.
la Vida... la Vida sabe cómo golpearlo.
Zorro se aburre y le grita.
La Vida sólo se ríe.
Zorro tira una piedra sin fuerza,
esta le cae sobre sus patas sin brillo.
Zorro detesta sus patas,
su sin brillo,
su muro,
su miedo,
su vida,
su puntería,
su fuerza,
su aguante,
su dolor,
su ira,
sus piedras,
su casa,
sus rosas,
su agua,
sus volcanes,
su zorreidad...
¡Zorro odia su zorreidad!
Se da cuenta de esto y llora...
Zorro es un zorro sin zorros,
Zorro es un zorro que no sabe ser domesticado...
¿La Vida? Esa le lanza piedras y siempre acierta...
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