viernes
-II-
Zorró se sentó en medio del desierto...
Había llegado sí, al desierto...
(por lo menos a un lugar más desierto que él)
El Zorro sin Vida y con corbata, sentado en un piedra.
Una gota de sudor escapa de su frente...
Una lágrima de tristeza escapa de su ojo...
Un suspiro sin fuerza escapa de su boca...
Y Zorro agotado y sentado en la piedra...
Y Zorro sin fuerzas y en medio desierto...
Y Zorro sin nada, solo una corbate, cerró sus ojos con lento silencio...
Y en ese momento,
con los ojos cerrados y en desértico silencio,
Zorro alucinó que era feliz...
que ya no hacía falta nada y que ya todo era imprescindible...
Podía irse de la piedra y quitarse la corbata...
Podía irse del desierto y quitarse el pelaje...
Podía irse del mundo y quitarse la piel...
(La Vida no se la quitaba porque ya no la tenía)
Y en su felicidad, como si sus labios supiera hacerlo
como si nunca lo hubieran olvidado y fuera su saber eterno
se elevaron con curva fingiendo una sonrisa...
Ahí Zorro, alucinando, le sonreía al desierto...
Y con esa sonrisa de falsos orígenes,
sentado aún en su piedra en el caluroso desierto,
Zorro abre los ojos y se encuentra de frente a un príncipe que era diminuto...
Zorro era inmenso ante el Príncipe Diminuto...
Y el Príncipe Diminuto era apenas ante él un sueño...
Y Zorro juraba que ante él solo había un pedazo de ilusiones
vistiendo de armiño y con los cabellos de oro
Las alucinaciones a veces visten de púrpura...
Las alucinaciones a veces son pelirrojas...
Las alucinaciones a veces también son reales...
Y la alucinación de Zorro,
(producto del calor del desierto)
(producto de quedarse sin vida)
(producto de la falta de aire que le ocasionaba su corbata)
la alucinación de Zorro se acercó y lo vio a los ojos...
A los ojos de Zorro que estaban llenos de lágrimas,
y vacíos de sueños,
y empapados de miedos,
y cargados de tristezas...
A esos ojos vio la alucinación de Zorro
la alucinación de capa, espada y corona
El Príncipe Diminuto vio a Zorro
Y Zorro también vio a los ojos del Príncipe Diminuto
diminutos sus ojos
y sus miedos y sueños y tristezas...
Todo era diminuto en el Príncipe Diminuto,
excepto por su soledad, que era gigante
Y el Príncipe Diminuto le tomó la pata
La pata de Zorro que nunca había brillado
La pata de Zorro que mató a su Vida
La pata de Zorro que solo lanza piedras
Y con esa pata en su mano,
con voz tierna y sin problemas
el Príncipe Diminuto le pidió a Zorro que le dibujara una pasión...
Zorro no sabía de pasiones, nunca había tenido
Zorro no sabía tampoco de como dibujarlas...
Dibujo en la arena con su pata una hoja
Dibujo porque ante un príncipe, por más diminuto, uno siempre obedece...
Y el Príncipe Diminuto sonrió
eso era lo que ocupaba, una hoja, así en blanco
así se comienzan las pasiones,
sin palabras, ni rayones,
con inmensos lienzos en blanco...
Zorro había descubierto cómo hacer pasiones
Y había encontrado con quién compartir el camino
Y ahora tenía una hoja nueva donde apasionarse
Y también tenía unos ojos en donde refugiarse
Y también tenía,porque nunca la borró, una sonrisa en los labios
Sí, Zorro con su corbata y su piedra y su hoja y su amigo,
Zorro... Zorro al fin sonreía...
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