La vida le enseña los dientes a Zorro,
Zorro le enseña el dedo a la vida.
Le gustaría someterse a una sonrisa y no a un conjunto de dientes;
hace mucho tiempo que Zorro no se somete a una sonrisa,
y le gustaría que su cola bailara al compás de una carcajada.
A Zorro le gustaría que lo domestiquen 32 dientes,
también un par de ojos y tal vez una voz cálida...
Pero la vida le enseña los dientes,
y el sólo sueña con una puta sonrisa.
El sabe que no pasará (no hay Mona Lisas cercas),
y sin embargo lo desea (cada noche lo desea), someterse a una sonrisa.
Y tal vez, quizá, someter a alguien a sus colmillos...
martes
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